recordándote como siempre
sonriendo al sol con tu esencia cristalina.
La hermosa melodía del atardecer
cargado de gotitas bailarinas,
la frescura de la tierra, que es como la tuya,
invadiendo mis estancias memoriales
y mi corazón simplemente
estallando de ilusiones para ti.
Ahora me veo como niña
en cada instante de la vida,
pienso en tu alegría
y vuelvo a vivir esos instantes contigo,
vuelvo a soñarte,
vuelvo a abrazarte.
Desde tu imagen
el mundo trasciende su espectro natural...
y entonces me enredo buscándote
en las huellas que dejas sobre este arcoíris
que estoy recorriendo.
En algún día de los miles venideros
lo estaré recorriendo de tu mano
que sigue siendo
mi pedacito de cielo.
Ambuquí, Ecuador
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