En aquella habitación
siempre alquilada
creabas tu mundo
y yo,
vestida de música
bailaba para ti.
Eran esas noches
siempre anestesiadas
transformabas la realidad
y yo,
siendo tuya
bailaba contigo.
Se encontraban dos historias:
tú eras todos,
yo todas era...
y al bailar,
sólo uno fuimos
bailando bajo luz azul.
Ambuquí, 01/11/10
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