Me gusta cómo huele la ciudad de mañana,
hasta el aire se pasea descansado.
Hay panaderías frescas.
La gente con sus perfumes
me recuerdan a otra gente.
Yo camino absorta,
y me pregunto cuántos me miran,
y cuento las miradas.
Me gusta cómo se pintan las nubes por la tarde,
Ayer quise sentarme a suspirar
Mientras descubría sus colores,
Pero el suelo estaba mojado.
Me gusta ver la salida de la Luna cuando anochece,
Sobre todo cuando parece un queso.
La veo haciendo muros de luz sobre las montañas
me pienso como amante serenateada
y hay quienes apagan las lámparas del parque
para mí.
Me gusta caminar de puntillas en la madrugada,
saber que todos duermen
En el espejo están mis ojos
nublados de incertidumbre.
Ibarra, Ec.
Octubre 7 de 2011
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