jueves, 14 de mayo de 2009

A TU RECUERDO…

Cierto día decidí olvidarte y busqué mil formas de lograrlo.
Me fui a la playa.
Durante el camino veía desaparecer a mi paso la
arquitectura de ciudad contemporánea y creí que al
abandonar el ruido caótico y el sentimiento hecho metal,
dejaría atrás tu recuerdo… pero fracasé en ese intento.
Mientras me alejaba de la ciudad crecía en mí una enorme
ansiedad que tría un nuevo paisaje natural, y de la mano
crecía con ella una enorme ansiedad de llevarte
junto a mí.
Llegué a mi destino, recibida por un gigante, fresco y
soberano mar.
Las aves pendidas del cielo, colgaban sobre la mar,
Y simulando el vuelo de una cometa, se dormían soñando
con volver a navegar.
El sol calentándome las ganas, tu recuerdo dormitando en
mis entrañas.
Me aventuré un poco.
Subí una formación de rocas, reunidas en forma de pabellón
y llegando a la más alta de ellas, me senté. Allí conversé
un poco con el viento y le conté a su alocado paso lo mucho
que te amaba y cuánto me dolía estar tan lejos de tus
sueños. Él intentó brindarme un poco de consuelo con su
húmedo abrazo y salado beso, pero aunque se llevó mi
confidencia no se llevó mi sufrimiento…un fracaso nuevo.
Preferí entonces caminar orillando el cementerio de olas
costero.
Mientras caminaba escribía con mis pasos el dolor que
llevaba dentro y paso a paso tras de mí, el amigo mar se
llevaba lo que estaba escribiendo. ¡Creí que lo lograba!
pero al entregarme a su ensueño de aguas azules y moradas
…recordé que te quería y me quedé muriendo.
De regreso a la ciudad lloré por el vano intento, la brisa
que atropellaba mi cabello en la ventana secaba mis
lágrimas con su frío viento y le rogaba a esa brisa me
ayudara con mi empeño pero me dijo que era sólo viento,
que de envolverme con su espacio podría calmar mi
lamento, pero su recuerdo estaba adentro, y ese espacio es
de mi cuerpo.
Cansada me tendí sobre mi lecho. Cerré los ojos para de
nuevo encontrarlo en mis sueños. Sentí en mi pecho la
ilusión antigua de encontrarlo si despierto, y entendí
entonces que no es que su recuerdo me persiga donde
valla, es que lo llevo aquí adentro.

(A Rafa)

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